En todo, amar y servir

Todos los países tienen su folklere. Es, pues, normal y aun deseable que Haití tiene el suyo.

viernes, abril 18, 2008

El rito


El rito

El rito sacrificatorio.


Muchas religiones conocen el concepto de sacrificio. En el catolicismo, el sacrificio tomó una forma muy simbólica: el pan y el vino representan el cuerpo y la sangre del Cristo. El vodú conoce formas "suaves" de sacrificios: ofrendas de joyas, de bebidas al espíritu alegado, para atraer sus favores o protegerse de su cólera. Algunos espíritus reclaman sacrificios de animales. Eso va de la paloma o la gallina hasta el buey.

La comunión del fiel con el espíritu por medio del consumo del objeto del sacrificio puede chocar al espectador exterior. Para el fiel, el teólogo o el etnólogo, esta participación-comunión en el espíritu es con todo lleno de sentido.


Los supuestos sacrificios humanos prestados al vodú son el hecho de escritores en mal de sensacionalismo o realizadores de películas de serie B. No se excluye que sin embargo se hayan cometido asesinatos aquí o allí ocultándose bajo el abrigo del vodú. Pero eso está incluido aún más en la justicia penal que del análisis religioso.



El solapado por el espíritu

Los espíritus se manifiestan (epifanía) en las ceremonias o servicios organizados por el hougan(el sacerdote vodú) o el mambo(sacerdotisa vodú). Puede suceder que un espíritu se manifiesta mientras que su presencia no se espera ni incluso deseada. El celebrante conoce entonces el ritual que debe observarse para obtener la salida del inoportuno sin herirlo.

Existen varios elementos espectaculares en el vodú. Citemos las danzas, la ceremonia del sacrificio, la prueba del fuego. El más impresionante, no obstante, sigue siendo la toma de posesión de una persona de la asistencia por el espíritu.

Este último se personifica hasta cierto punto en la persona elegida: "la monta". Típicamente, la propia persona montada no es ya: es el espíritu. Habla como él, a veces en lenguas desconocidas para una persona a menudo analfabeta. Reclama los objetos o los rituales que caracterizan el espíritu. Expresa los deseos, las voluntades. La toma de posesión se termina a menudo por el trance al cual la persona manifiesta una fuerza sobrehumana. Luego, pasa por una fase inconsciente de dónde ella sale teniendo al parecer ningún recuerdo de lo que pasó. Los antropólogos que examinaron el fenómeno no se apresuran solucionar estos casos tratándolos de histeria.