En todo, amar y servir

Todos los países tienen su folklere. Es, pues, normal y aun deseable que Haití tiene el suyo.

sábado, septiembre 24, 2011

Encuentro del catolicismo y el vodú

1.1. Encuentro del catolicismo y el vodú
Esta cohabitación es pacífica o violenta dependiendo de las personas y del período histórico a lo cual se refiere. De hecho, la cohabitación pacífica es la fórmula deseada por los dirigentes del vodú. Desean ser libres en sus sacrificios a los loas sin, por esto, romper la buena relación con la Iglesia católica. Por naturaleza y en su vocación, el vodú busca conciliar hasta cosas que parecen ser las más conflictivas. Lo curioso es que casi todas las investigaciones relevantes llegan a la misma conclusión: el catolicismo sirve de vehículo al servicio de los loas. Cuatro ejemplos bastarán para mostrarlo: el acercamiento entre los santos y los loas, la adopción del calendario de las fiestas anuales del cristianismo, el papel del “pè-savann” (sacerdote-sabana), la recuperación de los sacramentos.

1.1.1. Acercamiento entre santos y loas
Una de las grandes necesidades del vodú a lo largo de su evolución era la de una estampería y una estatuaría para vehicular el pensamiento religioso. El vodú necesita imágenes. Al no disponer de representaciones propias, se sirve de imágenes católicas para representar sus espíritus. Pues, basta el menor detalle común entre la historia o el comportamiento de un genio del vodú y los de un santo católico para justificar el acercamiento. Dicho de otro modo, se constata en el vodú un amplio movimiento de apropiación por la reinterpretación de la iconografía cristiano.

1.1.2. Las fiestas anuales
Las grandes fiestas importantes del vodú se celebran según el calendario cristiano. Casi no existen fiestas cristianas que no hayan su homólogo en el vodú. Bastan, como justificación, estas indicaciones de la obra de J. Verschueren[1].
A) Las iniciaciones se hacen durante el tiempo de Pentecostés;
B) Las fiestas de las fuerzas naturales se celebran en la vigilia de la navidad;
C) Los mellizos se celebran al día de la Navidad;
D) La fiesta de los “Guédé” cae el dos de noviembre;
E) El dueño de las aguas, ”Damballah” se celebra el día de los Reyes; el día de la asunción da lugar a una fiesta en honor de los antepasados y los loas protectores del santuario vodú;
Además de las imágenes de los santos y las fiestas, el vodú hereda del catolicismo otros usos como las letanías y oraciones como el Ave, el Páter y el Credo; también objetos como crucifijo, rosario, cirio y escapulario[2].

1.1.3. Pè-savann
A finales del XIX, la oposición de la Iglesia dio el nacimiento, en el vodú, a un fenómeno muy importante: el del “pè-savann”[3] (sacerdote-sabana o del campo), persona-vínculo entre los dos sistemas de fe. Es alguien bastante informado de los ritos católicos y cuyo papel era representar la Iglesia. L. Demangles hace remontarse la aparición del “pè-savann” al período impropiamente calificado de cisma entre el Estado haitiano y la Iglesia Roma (1804-1860). Al no disponer de sacerdotes, los primeros presidentes de Haití confiaron el ministerio eclesiástico a gente que no tenía formación adecuada (estos son los llamados Pè-savann) y que no dudó en vender sus servicios a los “houngans” (sacerdotes vodú). Una vez restablecidas las relaciones por el concordato de 1860, los pè-savann perdieron su función y pasaron definitivamente a los templos vodú[4].
En ciertas ceremonias importantes, le toca al “pè-savann” ejecutar las oraciones y cánticos tomados de la celebración católica, de hacer la rociada o aspersión de agua bendita en los ritos bautismales. Se trata de ritos de entrada que el conjunto, realizado bajo el nombre de acción de gracia, tiene como objetivo de honrar a Dios antes de invocar a los espíritus de África. Con eso, se quiere, pues, mostrar a los practicantes que no se honra los genios africanos antes de haber honrado u homenajeado a Dios, dueño del universo y de los santos. El oficiante, con una vela encendida en mano, recita el Páter, el Ave y el Credo, poniéndose de rodillas con toda la asistencia. Después, el “pè-savann” canta diversos himnos, repetidos por la asamblea. Todo termina por una adoración o cántico de glorificación. En este momento el “houngan” entra en función y los cantos se vuelven más africanos[5].
El “pè-savann” simboliza en persona el acuerdo de la Iglesia católica, un acuerdo que no existe en la práctica. Su función no era más que simbólica y representativa; no es, pues, ni efectiva ni esencial, sino segundaria. Hasta una cierta época, fue en medio urbano que la influencia de la Iglesia ha sido más grande. Hay que decir también que, aun en los “hounforts” urbanos, los “Pè-savann” pierden cada vez más su importancia.

1.1.4. Los sacramentos
La tendencia del Vodú a incorporar los ritos católicos alcanza su máxima expresión en la utilización de los sacramentos. Primero, el bautismo católico abre la puerta al vodú. Es la primera condición que el “houngan” pide a aquel que se quiera iniciar. Segundo, es una práctica muy común de hacer bendecir casas, jardines, animales y tambores por el “pè-savann”. Ahora bien, a esta bendición le llaman “bautismo”. Asimismo, el sacramento de la Eucaristía es muy importante para los adeptos vodú. Ordinariamente, hacen seguir la primera comunión de un rito vodú llamado “maje Lezany” (comida de los ángeles) que la prolonga y que celebra el acceso del niño iniciado a una etapa superior en su consagración a los loas. En efecto, si el bautismo católico es un pre-requisito a la iniciación vodú, la primera comunión puede abrir la puerta a una relación más íntima de la persona con su loa protector. Algunos loas se consideran como católicos y sienten, algunas veces, la necesidad de comulgar a través de sus protegidos.


[1] Cf. Verschueren, J., Le culte du vaudoux en Haïti, pp.169-173.
[2] Verschueren, J., Le culte du vaudoux en Haïti, p.295.
[3] Pè-savann: Ministro en margen de la Iglesia oficial, o en ruptura de marginación por ella.
[4] Cf. Demangles, L., « Rites baptismaux ». Symbiose du vaudou et du catholicisme à Haïti, pp.65-76.
[5] Verschueren, J., Le culte du vaudoux en Haïti, p.177.